;)

También podés leerme en: "MUNDO PIMP!"

Me encanta que tengas algo para decir...

Para dejar tus palabras en el blog sin ser seguidor del mismo, elige la opción "Anónimo" y firma tus mensajes en el cuerpo de los mismos.

Muchas gracias!

lunes, 20 de septiembre de 2010

La bruma

Un adiós simple.
Común, ordinario, áspero.
Sin preámbulos, ni adornos; sin acentos ni esmero.
Así. Casi mediocre.
Tajante, seco. También así.

Como dos extraños que se cruzan en una esquina y se miran y en silencio, al unísono, piensan “hasta nunca”.

No nos recuerdo siendo dos.

No hay imágenes que vengan en mi auxilio para ilustrarme el pasado.
Sólo nubes confusas, en una sepia soñolienta y gastada.
Un deja vú efímero. Olvidable.

Somos dos para olvidarse, descartarse.

No hay nada que nos rememore ni nadie que nos recuerde.

Entonces un día cualquiera, unos anillos de humo me saben de repente muy amargos y recuerdo los tuyos, aquella tarde, en aquél bar.
Y me confundo hasta que recuerdo de una estampida aquel día de lluvia…
Pero pasa sin escalas en mi mente, con la velocidad de un tren ensordecedor, sin detalles.
El remanente es, entonces, el gusto amargo de los jirones redondeados saliendo ahora de una boca extraña y el estómago vacilante.

¡Cuántos días como esos el cuerpo sigue viviendo y el alma lo acompaña como un niño colgado de la mano de su madre apurada, dando saltitos para no perder el paso!

Y seguimos, y sigo, y seguís…

Y la vida es linda, más por convicción que por tratarse de una verdad científica.

¡Tanto tiempo sin verte y la vida se pasa en días, amontonados, a borbotones, formando meses, dibujando años!

Pasan las líneas como soldados y las páginas se escriben solas aún cuando soltamos la pluma del cansancio.

Nuestros libros no son tal… apenas retazos de papel que apuntan las ideas sostenidos con alfileres oxidados y baratos…

Borradores escritos una y otra vez. Una y otra vez.
Todos esparcidos y revueltos sobre una mesa gigante con la posibilidad latente de ser mariposa y salir volando…

¡Ánimo! Que aún no nos tallan en piedra… todavía se cuentan las canas.

Tal vez lo que en definitiva quede en la roca no sean tus anillos de humo coronando otra boca…
Quizá sea mi nombre y mi risa… mi rostro, por que no, mi frase preferida.
Tal vez aquello que se parece a mi alma…
Quizá mis manos, probablemente mi pluma.

Definitivamente mis ojos, indudablemente la bruma.